Liminal Spaces / Espacios liminales
David Tompkins’ essay on west Texas and Tarkovsky.
Ensayo de David Tompkins sobre Tarkovsky y el oeste de Texas.
Published in Volume 10 2010, The Chinati Foundation
Adam Davies is a photographer whose work focuses on traces of human presence in natural landscapes. He uses a large-format Canham camera-complete with accordion bellows and hood-then has the film developed and scans his images in order to make largescale (up to 32×40 inches) digital prints.
In the past, Davies has often shot in and around the decaying industrial cities of the northeast. In his images, eroding remnants of industry vie for space with the creeping natural growth that appears to be slowly overtaking them. But the impulse behind the photographs doesn’t seem to be a strictly documentary one, nor can the viewer easily locate any implied critique of or rebuke to the way in which cities and industries make use of the land.
The horizontally disposed southwestern landscape represented a new venture for Davies. During his residency he scouted and shot in a large swath of West Texas, from Pecos to the north of Marfa to Presidio on the Mexican border. Davies showed eleven photographs from a larger body of new work at his exhibition at the Locker Plant.
The large format, and Davies’ attention to color and texture, give his pictures an almost tactile quality; they are as alive to the senses as paintings. One photo showed the interior of an abandoned adobe church, with the angle formed by two walls bisecting the picture. Another photo portrayed a steel pipe embedded in a mound of concrete—a crude, somehow threatening object possessed of a brute psychic force.
Adam Davies es un fotógrafo cuya obro se enfoco en indicios de presencia humana en paisajes naturales. Utiliza uno cámara Canham de formato grande—con todo y su fuelle de acordeón y capucha. Luego manda la película a revelar y escanea las imágenes para crear copias digitales a gran escala (hasta 32×40 pulgadas).
En el pasado, Davies ha tomado fotos en las ciudades industriales en decadencia del noreste de EE.UU. En estas imágenes, las ruinas de edificios industriales se disputan el terreno con la vegetación natural que quiere cubrirlos. Pero el impulso detrás de las fotografías no es estrictamente documental, ni es posible señalar ninguno crítica o reprensión implícita sobre la forma en que las ciudades y las industries hacen uso del terreno.
El paisaje del sudoeste, con su disposición hacia lo horizontal, representaba una perspectiva nueva para Davies. Durante su residencia, exploró y tomó fotos en grandes áreas del oeste de Texas, desde Pecos (al norte de Marfa) hasta Presidio (en la frontera con México). En su exhibición en el Locker Plant, el artista incluyó once fotografías escogidas de un grupo más grande de sus obras nuevos.
El formato grande, y la atención que Davies dedica al color y la textura, imbuyen a sus Iotas de una cualidad casi táctil; están tan vivas a los sentidos como las pinturas. Una foto mostraba el interior de una iglesia de adobe abandonada, donde el ángulo formado por dos paredes divide la imagen por la mitad. En otra foto se apreciaba un tubo de acero incrustado en un montón de concreto, un objeto de alguna manera amenazador que posee una fuerza síquica bruta.
A picture of a bridge or overpass illustrated the way Davies’ photos refuse pictorial convention—thwart what might be called our photographic common sense. The bridge spans the image just above the center line. Above the span is a sloped array of hoodoo-like rock formations. Below the span is a lush stretch of river or creekbank. The three strata
depicted—rocks, bridge, creek—don’t seem to belong in the same photo. Yet they’re clearly not spliced together. The picture doesn’t come together in any conventional way.
Many of the photos sowed a similar seed of doubt or confusion, sometimes temporal as well as topographical. Two images of desert flats after a summer thunderstorm—full of soaked earth and soggy weeds—evoked sepia-toned battlefield pictures as much as classic landscape photography. (Indeed, in situ, crouched behind his tripod and draped in his antique hood, Davies could be a photo-correspondent in the Crimea or at Gettysburg).
Una foto de un puente o paso a desnivel ilustraba la manera como las fotografías de Davies rechazan la tradición pictórica, yendo en contra de lo que podríamos llamar nuestro sentido común fotográfico. El puente se extiende justo por encima de la linea central. Arriba de el aparecen unas formaciones irregulares de roca, y abajo se ve la orilla de un rio. Los tres estratos
—roca, puente y rio—no parecen pertenecer en la misma imagen, pero está claro que no se trata de una yuxtaposición. La imagen total parece carecer de cohesión.
De modo semejante, muchas de las fotos siembran semillas de duda o confusión, no solo topográfica, sino también, a veces, temporal. Dos imágenes del desierto en verano después de una lluvia—tierra y vegetación empapadas—tanto podrían ser fotografías de campos de batalla en tonos de sepia como clásicas fotografías de paisaje. (De hecho, Davies mismo, agachado detrás de su tripié, debajo de su antigua capucha, bien podría ser un fotocorresponsal de guerra en la Crimea o Gettysburg.)
There's an enigmatic quality to Davies' images, and to the places they depict. Those pieces oren't natural or unnatural: they're neither, or both. Upon close viewing the perspective in the photos seems strange; the composition seems to slip, come unstuck, decohere. The pictures bear a trace of something a bit uncanny, maybe because the places they depict ore quietly but insistently someplace else—or at least the threshold to someplace else. The landscapes seem marked by a certain penumbral otherness. They're liminal spaces (reminiscent of the Zone in Tarkovsky's Stalker:) maybe a little magical, maybe a little cursed.
Adam Davies received a BFA in Studio Art and a BA in History from the School of the Museum of Fine Arts, Boston, and Tufts University. He also has a Masters in Education from Harvard University and a Masters in Fine Arts from Carnegie Mellon. He has received a number of awards, including residencies at Yaddo in 2008 and the Fine Arts Work Center in Provincetown, MA in 2008–09. He has shown his work in solo exhibitions in Pittsburgh and Somerville, MA and participated in numerous group shows at venues in the U.S. and abroad. The spring 2009 edition (#6) of the web-based arts magazine Triple Canopy features a portfolio of his photographs.
Las imágenes de Davies, y los lugares que muestran, poseen una cualidad enigmática. No son lugares naturales ni artificiales: no son ninguno de los dos, y son ambos. La perspectiva en estas fotos, si bien se mire, resulta extraña; la composición parece soltarse, despegarse, descomponerse. Esta impresión se debe quizá a que los lugares retratados insisten serenamente en ser otro lugar, al menos el umbral de otro lugar. Los paisajes se caracterizan por su otredad en penumbra. Son espacios liminales (que nos recuerdan la Zona en Stalker, de Tarkovsky): tal vez un tan to mágicos, tal vez un lento malditos.
Adam Davies obtuvo una Licenciatura en Bellas Aries de la Escuela del Mu· sea de Bellas Aries de Boston y otra en Historia de la Universidad Tufts; tiene una Maestría en Educación de Harvard y otra en Bellas Aries de la Universidad Carnegie Mellon. Ha recibido diversos premios, incluyendo residencies en Yaddo en 2008 y el Fine Arts Work Center en Provincetown, Massachusetts en 2008–09. Ha tenido exhibiciones solos en Pittsburgh y Somerville, MA y grupales en varios sitios de EE.UU. y el extranjero. El numero 6 de la revista Triple Canopy (primavera de 2009) incluye un porta· folio de sus fotografías.